Las nubes en el cielo estaban
grises y la lluvia se aproximaba. Muchas personas se aglomeraron en el arco del
Ejido alrededor de las 16:00 y entre ellos estaban manifestantes, curiosos,
fotógrafos, periodistas, infiltrados, entre otros.
Ana Almeida, con su cabello
cubierto con la capucha de una chompa roja, hablaba con un grupo de mujeres que
usaban pantalones negros y brasieres rojos, al parecer vinieron de la ciudad de
Cuenca para participar en la marcha de las putas y así dejar claro su voz de
protesta.
El reloj tocó las 17:00 y todo
estaba listo. La música empezó a sonar con más fuerza y los marchistas se
colocaron en columna de filas para dirigirse a la Plaza Fosh, al norte de
Quito, donde sería la concentración al final del recorrido.
Los canticos abrigaban a los
manifestantes “¡el que no salta es machista, el que no salta es machista!” “¡no
es no!” “¡yo escojo a quién me cojo!” y muchas más como un eco vibrante en la
calle Juan León Mera.
La presa audiovisual se
apresuraba a tomar fotografías de los mejores ángulos posibles, al igual que la
prensa radial y escrita que hacía entrevistas a varias personas y cabecillas de
la manifestación a la igualdad de los derechos de las mujeres.
Después de cinco cuadras de
caminata, a las 18:15 horas comenzó a caer una lluvia leve pero al término de
las 18:40 esta empeoró. Las gotas eran gruesas como el granizo, mientras el
viento azotaba y movía los carteles que no poseían orificios para el libre
manejo de los mismos.
Los marchistas y acompañantes
parecían preocuparse por la lluvia, ya que la mayoría en son de protesta llevaba
ropa pequeña. Algunas personas de varios géneros portaban ropa interior,
faldas, tops, mascadas, entre otros. Pero
la preocupación superó límites y la influenza quedó de lado para las mamás de
niños y público en general.
La lluvia seguía, no pasó a
tormenta pero tampoco se calmó. Los curiosos no faltaron para examinar y hablar
mal de aquellas personas que tratan cada día de parar la violencia de la
sociedad, que con su instrumento machismo y sexismo hiere y mata a mujeres cada
minuto en el mundo.
Los manifestantes estaban por
llegar, aproximadamente a las 19:00 al lugar pactado. Después del maltrato
climático que no paró, se esforzaban y con sonrisas en boca llegaban. Otra
multitud les esperaba en la Plaza Fosh, muchos que abandonaron la marcha para
salvarse de la lluvia y perezosos que evitaron caminar, pues sabían dónde terminaría
la marcha y comenzaría el show con artistas, discursos y proclamaciones que
propondrían varios líderes de los géneros.
Las autoridades y fuerzas
policiales no dejaron extrañar su ausencia, puesto que apresuraban la
circulación de la marcha de las putas. Tal vez para que el transito no colapse
o para opacar la presencia de la misma.
ERIKA POSSO
que inteseresante noticia, muy buen trabajo
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